La fachada principal destaca por su impresionante portada y por su elevada torre de cuatro cuerpos. La portada es de cantera gris; flanqueada por grandes tableros de azulejo entre recubrimientos de ladrillo. Fué una obra realizada de 1743 a 1767 con características plenamente barrocas. Su composición comprende tres cuerpos estructurados por estipites, que en la mayoría de sus entrepaños guardan nichos con esculturas. Cabe mencionar que en el primero flanquean al vano de acceso marcado con arco de medio punto y jambas almohadilladas. En el segundo llama la atención un magnífico relieve que representa la imposición de las llagas de San Francisco. Sobre la cornisa del tercer cuerpo se levanta el remate mixtilineo de la portada el cual se halla totalmente cubierto de follajes, conteniendo además la escultura de una Virgen y en la cúspide la estatua de San Miguel. El interior es de una sola nave, cubierta con bóvedas de nervados de los cuales sobresalen las del coro y las del presbiterio; destaca la sillería del coro, los retablos neoclásicos, pero principalmente el cuerpo momificado del beato San Sebastián de Aparicio, alojado en un nicho de plata cincelada que se encuentra en la capilla de nuestra Sra. la Conquistadora. |